A la hora de frecuentar a mis conocidos comienzo a experimentar ciertos ataques de ansiedad, es muy posible que ésto surja por varias razones. Puede que inconscientemente me preocupe el como me percibirán los demás y me provoque inseguridad o que no entiendan mi situación o que hagan comentarios que me resulten hirientes.
Me siento vulnerable, lidiar con el diagnóstico y las terapias es un proceso demandante y la sola idea de una interacción social se siente abrumadora.
Necesito procesar todo lo que me está pasando, no quiero presionarme ni que me presionen.
Escribiendo éste blog, me puse a reflexionar y a considerar que ya es tiempo de frecuentar a las personas, de a poco, paso a paso y contarles sobre come siento. Temo decir que no a una invitación porque puedo parecer antipática o antisocial, quizás probando de ésta manera logre algo.
Me encuentro en una pelea emocional interna entre lo que fuí y lo que podía hacer y lo que soy ahora con mis limitaciones y espero que las personas a mi alrededor entiendan y respeten mis decisiones.
Realmente no me siento con energía para salir y socializar, no soy antipática ni antisocial, aquellos que realmente me aprecian, entenderán.
Mis terapeutas no quieren que me cierre a todas las posibilidades, pero...¿Cómo manejarlo? No es tan sencillo, ese bloqueo me frena y me aisla. Aunque en nada se asemeja a un ataque de pánico, es igualmente limitante y frustrante.
Tengo la voluntad, solo necesito ese impulso inicial, comenzar con algo pequeño y manejable como las micro-interacciones, pues, todo inicia con un mensaje de texto, una videollamada, una caminata y un café, ese es el primer gran paso pero hay que dar ese primer paso...
Quiero agradecerte por seguirme y leer mi blog, valoro mucho tu confianza, así es mucho más fácil abrirse.
Comentarios
Publicar un comentario