La odisea de ir al supermercado.

 


No tienes ni idea del desafío que representa ir al supermercado con un nistagmus de alta frecuencia, pues la búsqueda de productos suele convertirse en una tarea agotadora y frustrante.

Antes de ir, realizo una lista detallada, no solo de los productos que necesito, sino del producto en sí como por ejemplo: color, empaque o todo aquello que me ayude a localizarlo con mayor facilidad.

Aunque estén agrupados por secciones, tampoco logro encontrar lo que requiero, aunque lo tenga delante.

Soy una maniática y lo reconozco, no me gustan las compras virtuales, algunos supermercados ofrecen un catálogo con las disposición de las góndolas y ésto reduce un poquito la incertidumbre.

Siempre llevo mi CUD lo que me permite solicitar asistencia o tener prioridad en las cajas al momento de pagar, no muchas personas están dispuestas a colaborar ni a ofrecerme ayuda para comprar. Intento enfocar lo mejor posible, pero créanme cuando les digo que es difícil intentar no marearse, para ello busco los horarios menos concurridos.

Cuando a veces estoy en "modo rápido", llevo en mi móvil una foto de los productos.

A veces me tomo una pausa, en raras ocasiones me quedo parada a un costado, lo increíble es que hay personas con una falta de empatía absoluta que me llevan por delante y dicha situación me genera gran impotencia.

Tengo mi ritmo por mis dificultades, entonces no me apresuren! Al momento de embolsar, lo que para muchos es una tarea rápida para mí significa un proceso lento y para colmo siento la presión de la gente.

Como expresé, me muevo a mi propio ritmo y es totalmente válido, lo que hago la mayoría de las veces es volver  a colocar todos los productos en el carrito una vez que pasaron por la cinta y me aparto a un lado para empacar más tranquila.

Una tarea tan básica como comprar alimentos  se ha convertido en una fuente de estrés .

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