Cuando el equilibrio falla, los amigos te sostienen

 


La ataxia no solo se traduce en la pérdida de equilibrio físico, sino que refiero a un desequilibrio más profundo, el que empuja lentamente al aislamiento. 

Cuando recibes un diagnóstico como el mío, una de las primeras cosas que sientes es la soledad, en mi caso en particular esa sensación es literal. 

Cancelar planes se convirtió en una rutina, aparecieron las excusas. Es acaso un mecanismo de autoprotección? Y sin darme cuenta he construido un muro a mi alrededor. Pero la amistad verdadera no es aquella que te abandona en los momentos más difíciles, ni la que te exige o te lleva a fiestas o salidas ruidosas, la amistad verdadera es mucho más fuerte y más sutil. Es la mano que te sostiene cuando bajas un escalón, es el mensaje que llega justo en el día más gris, es el llamado que no esperabas, es la paciencia infinita. 

Varios son los que se alejaron pero los que se quedaron aprendieron a comprenderme y a sostenerme cuando más Los necesito. 

La ataxia me ha quitado muchas cosas, pero me ha regalado la certeza de haber encontrado a los mejores amigos, mi sostén emocional, mi ancla. 

Cuando la frustración me pesa y siento que no puedo más aparece esa palabra de aliento en el momento justo recordándome que no estoy sola en esta batalla, cuando la apatía comienza a instalarse ellos me sostienen y alegran mi día. Ya no me preocupo por intentar encajar ocultando mi enfermedad o alterando mi ritmo porque entienden que hay días en los que no tengo fuerzas.

La amistad verdadera no te levanta para que nunca te caigas, te enseña que si te caes, habrá un par de manos listas para ayudarte a ponerte de pie. Doy gracias por esos seres extraordinarios que la vida me regaló y créanme cuando les digo que la amistad es la base más firme que se puede tener.

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