Hoy te abro mi corazón

 


Hoy quiero abrir mi corazón en este espacio para hablar de un tema que toca las fibras más profundas, la SCA42 nos muestra la fragilidad de nuestra existencia y al mismo tiempo, la inmensurable fuerza de nuestra capacidad de amar. 

Para nosotros cada día es un acto de valentía, un redescubrimiento de la manera de interactuar con el prójimo y es precisamente el amor que se convierte en el faro más brillante en esta travesía, el amor incondicional de una familia que se adapta, investiga, busca respuestas y celebra cada logro como si fuera una victoria gigante, el amor de quienes nos impulsan, y nos acompañan en cada desafío. 

Hablar de la sca42 también es un acto de amor para que nadie más se sienta invisible o solo en su camino, siempre he querido generar conciencia y este blog es una extensión de esa misión. 

Para los que vivimos con esta enfermedad, el amor propio se manifiesta en la resiliencia diaria, en la capacidad de no perder la alegría y la motivación a pesar de mis limitaciones, aprender a quererse y aceptarse.

Un gesto de amor puede consistir en una palabra amable, una mano extendida, un oído atento, porque al final es amor el que nos sostiene y el que nos da fuerzas para seguir adelante. Ese amor se entrelaza con una fuerza aún más poderosa, la esperanza.

Como sucede con otras condiciones neurológicas, la ataxia trae consigo una serie de retos e incertidumbre pero siempre hay esperanza para el crecimiento personal y para una vida digna y plena. Como comenté antes, la comunidad, la familias y los amigos son fuentes inagotables de apoyo, son manifestaciones concretas de ese amor que nutre el alma y renueva la esperanza, nos sostiene e impulsa para seguir adelante, es nuestro motor, nos conduce a explorar nuevas terapias, buscar información y conectar con otros.

En cada acto de amor, en cada gesto de cuidado, en cada conexión humana encontramos una semilla de esperanza.

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