Dada la naturaleza de nuestra condición, quiero ofrecerle a ustedes, mis lectores, un artículo que los desafíe y los energice un poco.
Tu mente lo pide a gritos
Si hay algo que sé de ti y de mí es que somos gente de rutina, para nosotros la estructura no es un capricho.
Llevamos hablando de planificación, de la importancia de lo predecible. Quiero preguntarte:¿cuánto tiempo llevas haciendo lo mismo? Queda claro que la rutina preserva nuestro cuerpo pero la mente se puede encontrar en piloto automático debido al estancamiento.
Vamos a hacer un pacto tú y yo, sí así como lo lees, te propongo un pequeño acto de rebeldía porque nuestro cerebro ama aprender, necesita un camino nuevo por explorar Y esto es oro puro porque te ayuda a mantener la plasticidad e inyecta una dosis de empoderamiento.
Demuéstrate a ti mismo/a qué puedes tomar una decisión espontánea, un simple cambio visual es un reset mental. Aprende aquello que te apasione.
Si el experimento no te funciona o te genera más estrés o simplemente extrañas lo familiar o lo cotidiano, no hay problema, la rutina siempre será nuestro nido, esto no representa un fracaso sino un aprendizaje. Pero si esta travesura te saca una sonrisa, o de tu lugar de confort habrás logrado algo increíble, significa que demostraste lo valiente que eres.
Tu cerebro está dándote un pequeño regalo de dopamina como recompensa por romper el patrón, es la muestra de que el cambio, en dosis controladas también es terapéutico y la mejor forma de compartir el tedio y la rigidez.
Por favor ten muy en cuenta que la idea no es proponer un cambio drástico en tu entorno que te genere ansiedad o algún tipo de riesgo.

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